¿Negocio o compromiso ambiental en Mérida?

El millonario sistema de Puntos Verdes en Mérida

Por Abraham Bote Tun

Desde 2019, el gobierno municipal de Mérida —bajo administración panista— implementó la estrategia de los Puntos Verdes con el objetivo de fomentar la participación ciudadana en el reciclaje y el cuidado del medio ambiente. Año con año, estos centros de acopio se han multiplicado por toda la ciudad, consolidándose como una iniciativa aparentemente positiva.

Sin embargo, detrás de esta propuesta ecológica se esconde una realidad menos verde: un sistema que ha canalizado más de trece millones novecientos sesenta y dos mil seiscientos cuarenta y ocho pesos con ochenta y ocho centavos a una red de empresas privadas, según datos obtenidos vía solicitudes de transparencia.

Aunque el argumento oficial es que se trata de un esfuerzo ambiental, lo cierto es que no hay evidencia clara de que estos recursos se reinviertan en acciones directas para el beneficio ambiental de la ciudad.

Paradójicamente, es la propia ciudadanía la que actúa como recolectora: son los vecinos quienes separan, almacenan y entregan los residuos reciclables en los Puntos Verdes, sin recibir ningún tipo de incentivo. Las empresas beneficiadas, en cambio, obtienen materia prima sin costo de

recolección ni logística, convirtiendo el esfuerzo ciudadano en una cadena de suministro gratuita.

Así, el programa Punto Verde podría no ser tanto una estrategia de concientización ambiental como un modelo de negocio rentable para unos pocos. ¿Estamos ante una política ecológica o frente a un negocio disfrazado de compromiso ambiental?

Desde 2019, el Ayuntamiento de Mérida puso en marcha el programa Punto Verde, una iniciativa que promueve la cultura del reciclaje y la economía circular. Bajo la administración municipal, y a través de la Unidad de Medio Ambiente y Bienestar Animal, el proyecto ha canalizado millones de pesos en contratos para recolección, difusión y disposición final de residuos. Pero al revisar los datos oficiales, la pregunta es inevitable: ¿se trata de un compromiso ambiental genuino o de un negocio con poco control?

Una inversión millonaria… pero incompleta

Según un documento oficial del propio Ayuntamiento, entre el 1 de septiembre de 2019 y el 31 de marzo de 2025 se han pagado $13,962,648.88 pesos a proveedores vinculados al programa Punto Verde.

Sin embargo, al revisar las listas de pagos incluidas en ese mismo documento, solo se puede comprobar el destino de $8,899,783.59 pesos, correspondientes a 45 proveedores específicos. Esta cifra fue verificada al sumar los montos visibles en las tablas del documento.

Eso deja una diferencia de $5,062,865.29 pesos que no está justificada ni desglosada públicamente. Es decir, más de cinco millones de pesos cuyo paradero exacto se desconoce: ¿a quién se le pagó?, ¿por qué servicios?, ¿bajo qué contratos? El documento no lo aclara.

Principales beneficiarios del programa

Entre las empresas que sí aparecen como beneficiarias destacan:
ProduccionesABISSS.deR.L.deC.V.,con$4,502,880.00pesos.

MERMEXReciclajeS.A.S.deC.V.,con$919,005.84pesos.
OceanGreendeProgresoS.A.deC.V.,con$590,475.94pesos.

Estas empresas concentran una parte importante del presupuesto ejercido, lo cual también genera preguntas sobre criterios de selección, distribución de contratos y posible concentración de recursos públicos.

¿Transparencia ambiental o contratos opacos?

Si bien el Ayuntamiento asegura que el programa no representa ingresos para la administración —lo cual refuerza su carácter social y ambiental—, la falta de un desglose completo de los pagos genera preocupación.

La diferencia de más de cinco millones de pesos entre el total reportado y los pagos comprobables deja en evidencia la necesidad de mayor transparencia. Hasta ahora, no existe información pública sobre a quién se le pagó ese monto restante ni en qué conceptos específicos, lo que impide verificar el uso íntegro de los recursos del programa.

Impacto ambiental sin mediciones claras

El documento menciona como meta recolectar 380 toneladas de residuos reciclables para diciembre de 2025, pero no se presentan métricas claras sobre cuánto se ha recolectado hasta ahora, cuántos ciudadanos participan, ni qué impacto ambiental concreto ha tenido el programa.

También se observa que algunos proveedores contratados no están directamente relacionados con reciclaje, sino con servicios como

impresión, audiovisuales o diseño, lo que diluye el foco ambiental del gasto.

Conclusión

El programa Punto Verde se presenta como un proyecto de conciencia ecológica y participación ciudadana, pero los números cuentan otra historia. Con más de 13.9 millones de pesos ejercidos y una falta de comprobación clara de más de 5 millones, la opacidad en la gestión pública mancha los objetivos ambientales.

¿Estamos ante una verdadera política de sostenibilidad o ante un sistema de contratos disfrazado de verde? Esa es la pregunta que las autoridades aún no han respondido.

Entre las interrogantes sin respuesta clara se encuentran:

obtenidos? Una evaluación costo-beneficio desde la perspectiva

ambiental aún no es posible con la información actual.

¿Cuáleslanaturalezayelalcancedelasiniciativasdeeducación ambiental que complementan el programa? Conocer el impacto de estas acciones es crucial para entender si se está fomentando una cultura de reciclaje a largo plazo.

En conclusión, si bien la existencia de una red de Puntos Verdes y la intención de fomentar el reciclaje son hechos comprobables, la falta de datos específicos sobre la gestión y el destino final de los residuos, así como el impacto ambiental tangible, impiden una evaluación completa de la efectividad y el verdadero alcance del compromiso ambiental detrás de esta iniciativa en Mérida. La transparencia en la publicación de información detallada será fundamental para que la ciudadanía pueda comprender y valorar plenamente el papel de los Puntos Verdes en la construcción de una ciudad más sostenible.

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