Agrupaciones civiles exponen que el Estadio Sostenible generará mayores problemas de movilidad y sociales
“Se ha ma manipulado el concepto de sostenibilidad”, afirman
Por Abraham Bote
Agrupaciones civiles exponen que el nuevo Estadio Sostenible generará mayores problemas de movilidad y sociales en la zona norte de la ciudad; además que presenta varias interrogantes que no han sido aclaradas de manera concreta y carece de participación ciudadana para la toma de decisiones. Asimismo, de acuerdo con las organizaciones, ha habido una falta de transparencia y otras problemáticas que evidencian que es no se trata un proyecto sostenible; en el discurso se ha “manipulado el concepto de sostenibilidad”, con el fin de “apoyar actividades económicas y empresariales en lugar de fomentar el bienestar de los seres humanos”.
El pasado 31 de agosto, el gobierno de Yucatán reveló que el nuevo Estadio Sostenible de Yucatán (ESY) ya tiene ubicación oficial, estaría en los terrenos que ocupaba la escuela Rodolfo Menéndez de la Peña, sobre la calle 60 al norte de Mérida. Esta nueva obra, aseguran sus impulsores, será un motor de desarrollo sustentable, social y ambiental para el estado. Esperan esté lista en el 2023.
Esta obra ha generado opiniones divididas entre vecinos de la zona, unos están a favor y otros en contra. Los primeros aseguran que les proporcionará diversos beneficios, entre los que se incluyen oportunidades laborales, así como mejores servicios y un incremento en la derrama económica, pero los segundos han manifestado que se podría violentar su espacio de vida y tranquilidad.
Al respecto, en un documento, el Instituto de Docencia y Análisis Geográficos, Ambientales y Regionales, (INDAGAR) indicó que desde hace décadas, las políticas de desarrollo urbano se han basado más en apoyar actividades económicas y empresariales que en fomentar el bienestar de los seres humanos. Aunado a esto, en el estado, se han favorecido los megaproyectos como estrategia principal para atraer inversiones, generar empleo y mejorar la calidad de vida del pueblo.
Los ejemplos: desde las plazas comerciales y complejos residenciales de lujo hasta el Centro Internacional de Convenciones, el Parque Científico y Tecnológico, la “Plataforma Logística” de Progreso, la Cervecería “Yucateca” en Hunucmá, y la actual propuesta de reubicar el aeropuerto, entre otros. De acuerdo con la organización, el recién anunciado ESY a primera vista, cuando menos según la información difundida por el mismo gobierno, promete traer grandes beneficios para la gente que vive a su alrededor y a los meridanos en general: la construcción de un hotel, restaurantes y otros comercios, generación de 1000 empleos directos, y el “rescate” de las vecindades Cordemex y Sodzil Norte.
A pesar de estos, la agrupación expone que este megaproyecto presenta grandes defectos, principalmente: el problema de la ubicación, la ausencia de transparencia, la apropiación de la cultura maya para fines de mercadotecnia, la manipulación del concepto de sostenibilidad, y la falta de participación ciudadana. El terreno, donde se pretende construir el estado, indica INDAGAR, presenta varias complicaciones desde la perspectiva de planeación urbana.
“Para comenzar, su ubicación sobre una arteria principal y la falta de un sistema de transporte público adecuado provocarán un caos vial”, señaló. También, agregó, por escoger un terreno pequeño, de apenas cinco hectáreas, los accidentes de tránsito y atropellamientos de transeúntes serán inevitables, ya que muchas personas obligadas a estacionarse en las plazas comerciales cercanas arriesgarán sus vidas al tratar de cruzar la carretera a pie, haya puente peatonal o no.
La ausencia de transparencia Para la asociación, aunque la posibilidad de construir un nuevo estadio no era un secreto, los procesos y la toma de decisiones se llevaron a cabo con total hermetismo desde la identificación del sitio de la obra, la selección del desarrollador, y el diseño del inmueble.“Hasta la fecha no se ha comprobado si se realizaron estudios de costo-beneficio o análisis de los impactos sociales, económicos o ambientales ni cuáles eran los parámetros relevantes para dar luz verde a este proyecto en el lugar designado” detalló.
Aunque se habla mucho de los supuestos beneficios, no ha habido discusión alguna acerca de los inevitables costos al erario a largo plazo de subsidiar y mantener un proyecto de esta magnitud.La apropiación de la cultura maya para fines de mercadotecniaINDARGAR también recalcó que en las últimas dos décadas se ha vuelto costumbre hacer referencia a la cultura maya para justificar políticas de desarrollo económico e iniciativas particulares.
En el caso del gobierno estatal, esta práctica consiste en la apropiación de simbología e iconografía para vender proyectos motivados principalmente por intereses económicos que carecen de beneficios sociales. La construcción del Gran Museo del Mundo Maya representa el caso más obvio y perverso de esta técnica.La manipulación del concepto de sostenibilidad De igual forma, añadió que para fines de política pública el concepto de sostenibilidad ya carece de significado y se ha convertido en retórica de marketing con el afán de facilitar la actividad empresarial. “Si se suman los criterios sociales, económicos y ambientales relevantes, este proyecto viola completamente los principios de la sostenibilidad. “A fin de cuentas, el nombre estadio sostenible resulta una burla”, sentenció.
Por su parte, el Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida, indicó que el proyecto se insertaría en un corredor comercial que se ha configurado de forma desordenada y que se ha sometido a intervenciones viales totalmente desarticuladas, improvisadas, ineficientes y excluyentes, centradas en el uso intensivo del automóvil, tales como el distribuidor vial de Progreso o el acceso a la plaza The Harbor.
A lo anterior se le suma una red vial de forma irregular en las colonias aledañas, la cual es incapaz de soportar la demanda vehicular que generaría el futuro estadio. “Aún si llegase a cumplir con el mínimo de cajones de estacionamiento establecido en la normativa municipal (estimado en 2,300 cajones), no queda claro cómo las vialidades de las inmediaciones soportarían la afluencia de tantos vehículos antes y después de un evento masivo, especialmente cuando coincidan con otros eventos comerciales críticos como el Buen Fin, las Ventas Nocturnas o las compras navideñas”, comentaron.
Pese a que en la presentación se mencionó que el estadio “tendrá accesos inclusivos y opciones de transporte sostenible”, la agrupación indicó que en los renders no se observaron áreas para el ascenso y descenso de pasajeros de transporte masivo, y sí en cambio, se observó la presencia de un “puente peatonal” sobre la Calle 60, siendo ésta una infraestructura contraria a los principios de movilidad sostenible. Transporte masivo“Dada la magnitud y naturaleza de este proyecto, además del diseño de programas de gestión de estacionamiento y obras de reingeniería vial, debe apostarse por esquemas de transporte masivo, ya sea mediante la mejora e incremento de capacidad de las rutas de transporte público existentes o implementando un servicio de transporte especial de pasajeros con el objetivo de que una parte importante de los asistentes llegue por medios alternos al automóvil particular y con ello, reducir la carga vehicular en la zona”, opinó.
En concreto, concluyen que proyectos de esta envergadura ponen de relieve la urgencia de contar con estudios de impacto urbano y estudios de impacto vial con criterios más rigurosos y transparentes que conciban al proyecto como parte del entramado urbano y que estén acompañados de auténticos planes de gestión de la movilidad que prevengan, mitiguen o compensen los impactos viales generados por la operación de estos edificios.