Pueblos mayas se oponen al proyecto Puerta al Mar en Quintana Roo
Denuncian que no hubo consulta ni acceso a la MIA
Por Patricia Ramírez/Causa Natura Media
Foto portada: Gobierno de Quintana Roo
El sureste de México tiene un nuevo proyecto de infraestructura que genera tensión. Lo que ya era un camino para pobladores que iba desde el municipio Felipe Carrillo Puerto al pueblo Vigía Chico, en Quintana Roo, se convertirá en una ampliación pavimentada de 55 kilómetros para conectar el centro del estado con el mar e impulsar el turismo en un proyecto titulado “Puerta al Mar”.
El banderazo de salida dado por la gobernadora Mara Lezama el pasado 29 de agosto generó inconformidades. Algunos pobladores y comunidades mayas rechazan su creación, principalmente, por el posible impacto en la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, que es un Área Natural Protegida (ANP) desde 1986 para la conservación de flora y fauna.
Sin embargo, conocer dichas afectaciones es incierto. La población ha denunciado que no hubo una consulta pública, un requisito de carácter internacional según el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales. Así como tampoco se ha informado sobre la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que es un estudio requerido a las personas físicas o morales que lleven a cabo obras.
“Hasta donde sabemos, no hay una autorización de impacto ambiental por parte de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), entonces es difícil evaluar lo que están haciendo”, señaló Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de Amigos de Sian Ka’an.
Sin información
El trayecto de Felipe Carrillo Puerto hasta Vigía Chico no es nuevo. Se trata de un camino hecho desde principios del siglo XX para llegar al muelle. Su historia incluye desde los trayectos de las comunidades mayas hasta el paso de presos políticos durante el mandato de Porfirio Díaz por aquellos años.
Aunque existe oposición, también hay pobladores que celebran que este camino reciba atención nuevamente tras quejas por falta de infraestructura y basureros clandestinos.
“Hay varias organizaciones y algunos grupos comunitarios que se han expresado en contra del proyecto, otros están a favor. No hay un consenso sobre qué es lo que debe hacer. Por eso la ley es muy clara: se tiene que hacer una Manifestación de Impacto Ambiental y se tiene que establecer una consulta pública, donde a todos los ciudadanos se nos dé una oportunidad de expresarnos para que eventualmente la Semarnat emita un resolutivo”, explicó Gonzalo Merediz, de Amigos de Sian Ka’an.
Sin embargo, sobre el proceso de consulta no se tiene reporte. Causa Natura Media buscó al gobierno de Quintana Roo para resolver estos cuestionamientos, pero al cierre de esta publicación no hubo respuesta.
La única información que ha sido proporcionada por el gobierno de Quintana Roo es a través de comunicados y el discurso de la gobernadora durante la inauguración de obras a finales de agosto. Se sabe que “Puerta al Mar” tendrá una extensión de 55 kilómetros y que pertenece al Programa Integral para el Desarrollo de Proyectos Estratégicos en Cancún que cuenta con inversión federal.
Por el momento, las obras ya iniciaron pero aún no se llega a la Reserva de Sian Ka’an que es una de las principales preocupaciones de quienes se oponen al proyecto.
Ante la incertidumbre y la escasez de transparencia, se dio a conocer que indígenas mayas del municipio de Felipe Carrillo Puerto tramitaron un amparo en contra de “Puerta al Mar”, así como de las obras del Tren Maya que también impactan la región, por no realizar la consulta indígena.
Otras agrupaciones como el Centro Comunitario U kúuchil k Ch’i’ibalo’on han lanzado un proyecto de difusión titulado Noti Sak Beej que denuncia la falta de acceso a información y los posibles efectos que podría traer el proyecto de no considerarse el impacto ambiental.
Lo incierto
Ante la falta de estudios y de consulta para el proyecto “Puerta al Mar”, hablar de impactos es complicado. Sin embargo, colectivos y organizaciones que llevan años abogando por la conservación ambiental temen que la pavimentación pueda traer efectos, además de las afectaciones a la flora y la fauna, como asentamientos irregulares ya que el municipio de Felipe Carrillo Puerto no cuenta con un plan de ordenamiento territorial.
Asimismo, que esto derive en más deforestación, escasez de agua potable y falta de tratamiento de aguas residuales.
“Preocupa el hecho de que ese camino tenía un enorme potencial ecoturístico, lo tiene todavía, y podría ser una oportunidad para la región de tener una alternativa turística al sol y playa que tenemos aquí en el norte de Quintana Roo. Una alternativa que puede ser redituable si se maneja adecuadamente por parte de la población local”, explicó Gonzalo Merediz.
Para el director de Amigos de Sian Ka’an, la biodiversidad de México le da un potencial para generar una economía más grande con base en el respeto a áreas protegidas y alternativas al turismo extractivo que afecta a las zonas naturales. Pero el trabajo aún sigue pendiente y se requiere continuar sumando esfuerzos para lograrlo.
“La infraestructura ya está. Sí, necesitamos un poco más, pero no se tiene que invertir en enormes carreteras, en enormes hoteles, en enormes campos de golf, porque es un concepto diferente. Eso ya está muy desarrollado en el norte de Quintana Roo. En el centro y sur necesitamos una visión diferente y reconocer ese valor de la riqueza que ya tenemos”, concluyó Merediz.
*Este artículo fue originalmente publicado en Causa Natura Media.