Periodista de Yucatán, víctima de hostigamiento por parte de un oficial de la SSP
No más periodistas en silencio; hoy levantamos la voz juntxs
Por Cecilia Abreu
Esta mañana, alrededor de las 11:30, iba caminando sobre la calle 60 de la que dicen la ciudad más segura de México, la llamada “Mérida blanca” y, al levantar la mirada -mientras pasaba junto al Consulado Americano- pude ver lonas extendidas de manifestantes de PEMEX; sin siquiera dudarlo, tomé mi celular y tomé una fotografía dirigiéndome precisamente a aquellas lonas que exhibían sus peticiones.
Mi única intención era darle visibilidad a su protesta, pues pude observar que no había allí nadie más cubriéndola y su manifestación es para ser escuchadxs.
Mayor fue el tiempo que me tomó darle click al botón en mi celular para tener UNA fotografía -cosa de unos segundos- que el que le tomó al policía de la Secretaría de Seguridad pública (SSP) llegar hasta a mí, que ya continuaba caminando, diciéndome en un tono desagradable una y otra vez “no puedes tomar fotos, no puedes tomar fotos”.
Esta situación, enseguida, me pareció inadmisible, pues la fotografía ocurrió en el espacio público; le repliqué diciendo eso y me repitió que no podía, que estaba prohibido, entonces me señaló hacia un cartel que, en efecto, decía “prohibido tomar fotos”.
Cabe destacar que el cartel estaba en un lugar poco visible y situado en la pared del Consulado Americano, resultando obvio que la prohibición va dirigida hacia ese establecimiento; mismo que ni siquiera aparecía en mi fotografía.
Fue entonces que, ingenuamente, le dije que iba como representante de un medio de comunicación, notificándole esto con la creencia de que entendería que debía respetar la libertad de prensa… Por supuesto que no funcionó. Al sentir la actitud intimidante del elemento policiaco, dado que iba acompañada por alguien a quien no quería poner en riesgo de ningún modo, accedí a borrar la fotografía como me solicitaba y explícitamente le pedí que cambiara de tono y actitud en su trato.
Aunque podría decir que su actitud mejoró después de solicitárselo, ya no mostrándose tan alterado como al inicio, allí no acabó la situación, pues me solicitó mi identificación oficial y, con mucha inseguridad, sin contar con elementos que en ese momento parecieran en mi favor, sintiéndome en una posición vulnerable ante el supuesto elemento de seguridad, le extendí mi INE… Sin siquiera avisarme, procedió a tomarle fotografías con su celular.
No conforme con ello, dado que un momento antes había hecho de su conocimiento que trabajo en un medio de comunicación, también me solicitó brindarle dicha identificación, a la cual, de nuevo, sin autorización ni un aviso, le tomó las fotografías.
Este hecho, sumamente intimidante para mí, no contó con prohibición a las fotografías, pero sí lo hicieron las fotografías del espacio público que son parte de la libertad de prensa y el derecho a la información.
Viendo la situación, decidí manifestarle mi inconformidad con lo que estaba ocurriendo, ante lo cual únicamente me dijo que tenía que pasar el reporte y que él también se identificaba, entonces me mostró su gafete que, lamentablemente, con toda la impotencia que sentía, no alcancé a leer y mucho menos fotografiar o grabar.
Narro la situación porque esta no es la primera vez que ocurre una situación de esta índole, justamente en el Consulado Americano (así como otros sitios); las y los reporteros, tenemos derecho a hacer nuestro trabajo, así como la ciudadanía tiene derecho a informarse y a visibilizar sus protestas por nuestra vía y ¡no tendrán más nuestro silencio!
Cabe mencionar que, en entrevista con don Servio Rosado, una de las personas que están manifestándose contra PEMEX desde hace 34 días en el Consulado, informó que están exigiendo contar con las especialidades para la consulta médica, pues les redujeron de 40 a 30 y además no les están dando la medicación necesaria.
No es la primera que vez elementos policiales de Yucatán hostigan a las y los reporteros mientras realizan su trabajo, la ciudadanía es víctima de detenciones arbitrarias, sobre todo basadas en discrimnación. Muchas detenciones terminan en la muerte, como fue el caso de José Eduardo.
Desde Disidente Mx, exigimos a las autoridades estatales que capaciten a sus policías en materia de derechos humanos y perspectiva de género; que sancionen a los oficiales que vulneren la libertad de expresión y el ejercicio periodístico tan vital en Yucatán, un estado donde persiste la censura y otras agresiones que atentan contra los derechos de la población. Estos actos, que no tienen ningún sustento legal, no deben quedar impunes.