En Yucatán, mujeres enfrentan un “camino complejo” para ejercer su derecho a una vida libre de violencia
Apis sureste presenta su Modelo Especializado en Refugio y Centro Externo (MERECE)
Por Abraham Bote Tun
La violencia en contra de mujeres, niños y niñas demuestran que en Yucatán: “el camino para ejercer su derecho a vivir una vida libre de violencia es complejo, y cada caso nos demanda reconocer y honrar su contexto y complejidad”, manifestó Leticia Murúa Beltrán, fundadora de Apis Sureste: Fundación para la Equidad.
Las mujeres que han pasado por alguna violencia, expuso, enfrentan afectaciones en su salud física y emocional; como fatiga crónica, desorientación, desesperanza, sensación de indefensión.
La agrupación presentó este 14 de septiembre, su Modelo Especializado en Refugio y Centro Externo (MERECE), elaborado con apoyo de Hispanics in Philanthropy (HIP),e Investigación en Salud y Demografía, (INSAD), con el cual han trabajado durante años para atender las violencias que sufren las mujeres en Yucatán.
Este documento, según resaltaron las integrantes de la organización, es la base de los servicios de prevención, atención para mujeres, sus hijos e hijas en situación de violencia familiar, sexual y feminicida en el estado.
También ofrece datos del panorama actual de las violencias en contra de las mujeres, por ejemplo, de acuerdo con la reciente Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Yucatán se encuentra por encima de la media nacional del porcentaje de mujeres que han vivido algún incidente de violencia; colocándose dentro los 8 estados del país con mayor prevalencia de violencia.
Además, el estado se encuentra en la posición 7 de 32 en materia de violencia de pareja (relación actual o última) y en la posición 11 por violencia comunitaria, predominando la de tipo sexual. “Aunque la violencia de género está presente en todos los ámbitos de la vida de las mujeres yucatecas, resaltan las violencias ocurridas en las relaciones más íntimas, llegando incluso a la muerte”, precisa el documento.
Murúa Beltrán comentó que los casos que han acompañado durante estos 15 años, no son sólo cifras sino historias y vidas que presentan diversas afectaciones en su salud física y emocional; como fatiga crónica, desorientación, desesperanza, sensación de indefensión, deterioro de su autoconcepto y autoestima, y afectación de sus redes de apoyo que limitan sus derechos y acceso a la justicia y su capacidad de toma de decisiones.
Todo lo anterior, manifestó la activista, confirma la urgencia de contar con espacios profesionales e integrales como los que ofrece Apis y se plasman en su modelo MERECE. “Las redes son un soporte vital”, expresó.
Yihán Arroyo Brito, coordinadora del Refugio de Apis Sureste, explicó que con este documento pretenden visibilizar el trabajo que han realizado y al mismo tiempo contribuir a la mejora y aprendizaje, para que pueda ser replicado en otras agrupaciones e instituciones.
El modelo, resaltó, hace mención de los cambios que buscan hacer con sus acciones; las estrategias que implementan, de prevención, sus objetivos, y mecanismos que usan para evaluar.
“El Modelo ha desarrollado un procedimiento interno que busca generar un mecanismo que contribuya a la prevención de futuros episodios de violencia y garantizar un mayor porcentaje de éxito de mujeres que cumplen con su plan de vida”.
“El fortalecimiento de Redes es una estrategia implementada principalmente con las usuarias del Refugio dada las condiciones de riesgo en las que se encuentran ellas (sus hijas/os), mientras que con las usuarias del Centro Externo sí se explora y habla de sus Redes de apoyo pero no se trabaja ni tiene contacto directo con éstas, salvo alguna situación excepcional”