El insomnio en la era del algoritmo

Por Abraham Bote Tun

No sé desde cuándo empecé a desvelarme. No duermo bien, tardo horas en quedarme dormido. Aunque estoy cansado, me siento agotado, mental y físicamente. A veces veo una serie, los ojos se me cierran por un momento, apago la tele, me recuesto en la hamaca y me digo: “Ya voy a dormir”. Pero el descanso no llega. No, no llega.

TikTok, desvelo y pensamientos recurrentes

Paso horas viendo videos en TikTok. El algoritmo parece conocer mis dolores, mis pensamientos, lo que ronda mi cabeza.
Aquí estoy viendo videos. Aquí estamos los rotos, los solos, los depresivos, los fanáticos de Radiohead, de Charly García, de Alejandra Pizarnik.
Los que buscamos respuestas en videos de autoayuda, en tutoriales sobre cómo manejar el TDAH, en relatos de infancias rotas, en escenas de anime.
También hay videos de humor, sin sentido, y lo digo: mi algoritmo es una cosa diversa, como mi cabeza. Y es hermosa.

Entre el cansancio mental y la resistencia diaria

Aquí estoy, escuchando un video que dice “la hija no querida” y llorando de nuevo. Pero sin dormir. Al menos no por ahora. Luego de la lloradera, y tras dos videos más de otros temas, me duermo.
No sé desde cuándo batallo con el sueño. Parece insomnio, pero es curioso: al día siguiente amanezco como nuevo, con fuerza para seguir, resistir.
O tal vez solo sea la inercia de este cuerpo que continúa sin saber por qué.

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