Granjas porcícolas contaminan el agua de Yucatán con nitrógeno y bacterias fecales de cerdos, confirma SEMARNAT

Por lo menos 13 municipios de Yucatán en estado crítico

Hay más de 500 granjas en el estado

Por Abraham Bote Tun

Las granjas en Yucatán generan partículas tóxicas que contaminan el manto freático, el agua, los cenotes y el medio ambiente, confirmó el Dictamen Diagnóstico ambiental de la actividad porcícola en Yucatán, realizado por la Secretaría de Recursos Naturales (Semarnat) y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Por lo menos en 13 municipios del estado se encuentran condiciones “muy críticas” por el nivel de concentración de nitrógeno amoniacal y fósforo, debido a las heces fecales porcinas, que provenientes de las granjas; también se ha encontrado la bacteria Escherichia coli (E. Coli) presente frecuentemente en el intestino distal de los organismos de sangre caliente. La mayoría de las cepas de E. coli son inocuas, pero algunas pueden causar graves intoxicaciones alimentarias.

Mientras otros 11 municipios están catalogados como de “atención prioritaria”; sin embargo, el gobienro de Yucatán sigue privilegiando a las empresas porcícolas que contaminan los recursos naturales.

Recientemente, cientos de personas salieron a manifestarse en Mérida en apoyo al pueblo maya de Sitilpech, que lucha en contra de una granja de cerdos que daña sus recursos naturales.

El gobernador del estado, Mauricio Vila Dosal, en vez de atender sus demandas mandó a los elementos de la policía, sin identificar a detener a cuatro manifestantes de forma ilegal; violando sus derechos humanos.

Días después, un juez determinó que dos de las detenciones fueron ilegales, y a las otras dos personas las absolvieron de los cargos que la Fiscalía del Estado les había imputado.

El documento de la Semarnat precisa que:

“La presencia de Escherichia coli indica contaminación fecal en el agua, este microorganismo es habitante normal del tracto digestivo de animales de sangre caliente y se encuentra en agua o suelo que haya sufrido algún tipo de contaminación fecal, por ello se considera como indicador universal. El efecto se aprecia en mayor medida en la zona este y en la de referencia, no obstante, en toda el área de estudio se superan los límites permisibles”.

Mediante muestras, analizaron el impacto de las granjas porcícolas que operan en el estado. Este documento, permite detectar “focos rojos” en municipios en donde no puede haber “ni un cerdito más”, ya que, según observaron, hay más de 500 granjas en la zona.

“Levantamos un dictamen diagnóstico ambiental, el cual se comprende por estudios de agua en algunas granjas porcícolas, en donde se tomaron muestras, especialmente de biota, es decir, flora y fauna; y también de aire”, expuso María Luisa Albores, titular de dicha dependencia federal.

Según el informe, precisamente en los municipios de Muna, Conkal, Cacalchén, y Muxupip, considerados como críticos, se deberá reducir la densidad de cerdos por hectárea y no se podrán otorgar más permisos o instalar granjas nuevas.

En Mérida y Kanasín no se podrán abrir granjas nuevas por su alta densidad poblacional. En Muxupip, Opichén, Hocabá, Acanchen, Tekantó, Xocchel y Tixpehual, se deberán mejorar los sistemas de tratamiento de agua de las granjas de cerdos.

Los controles poblacionales de las granjas de puercos se limitarán a un cerdo por hectárea en todo el estado.

Además, el diagnóstico de la Semarnat reveló que en Yucatán hay 507 granjas porcícolas. 139 de ellas de traspatio o autoconsumomo, 208 con una o dos naves de producción, 89 con tres a siete naves, 48 con ocho u veinte y 23 con más de 20 naves de producción, consideradas megagranjas de puercos.

Donde hay una mayor densidad de granjas son: Conkal, Telchac, Homún, Tizimín, Umán, Chicxulub, Tixkokob, Tetiz, Izamal, Ticul.

“Respecto a los análisis de calidad del agua, se observa que la mayor parte de las muestras de agua subterránea en pozos y cenotes, se ubican en la zona de enriquecimiento de nitrógeno en suelo, inducido por un proceso difuso. Los cenotes presentan indicios de contaminación por materia orgánica fresca en gran medida por fuentes difusas de aguas residuales pecuarias, de ahí la presencia principalmente de nitrógeno amoniacal y concentraciones elevadas de E. Coli indicativo de contaminación difusa de excretas de seres vivos de sangre caliente”, sentencia el documento.

De acuerdo con la investigación, mediante el análisis estratificado de la zona sur y este de Mérida fue posible identificar la afectación de las granjas porcícolas sobre la calidad del agua subterránea, ya que “de aguas arriba hacia aguas abajo, con la influencia de la granja en la zona central, se incrementa considerablemente: hasta 3 veces la concentración de Nitrógeno amoniacal”.

En cuanto a fósforo, según detalla la dependencia federal, se aprecia una acentuación de la presencia del contaminante en las zonas sur, este y noroeste, convergiendo con los municipios con mayor densidad de cerdos por hectárea, señal de un efecto inducido por las granjas porcinas.

Por lo que concierne a los sistemas de tratamiento instalados en las granjas visitadas, cabe señalar que fueron diseñados bajo la NOM-001-SEMARNAT-1996 (Riego). No obstante, se encontró que las remociones de DBO5 son superiores al 95%, bajo esa condición de la NOM, nitrógeno y fósforo no tienen límite máximo permisible establecido.

A su vez, la investigación expone que la península de Yucatán y su acuífero, son vulnerables a la contaminación de aguas subterráneas (pozos y cenotes), inducida por actividades económicas como son las granjas agrícolas y pecuarias, que representan fuentes de contaminación por nutrientes y organismos patógenos, así como por el uso de hormonas y antibióticos.

En cuanto al cumplimiento de la NOM-001- SEMARNAT-2021 se tiene lo siguiente: todas las granjas cumplen para pH y temperatura; únicamente cinco sistemas cumplen para grasas y aceites; sólo dos cumplen para E. Coli y el efluente de una granja presenta una Toxicidad menor que 2 UT. Todas las granjas exceden el límite permisible de DQO total, establecido en la NOM-001- SEMARNAT-2021, asimismo ocurre con la DQO soluble, el nitrógeno total y el fósforo total.

Además, de acuerdo con la investigación, todos los sistemas analizados requieren un pos-tratamiento para alcanzar concentraciones menores que los límites permisibles de la NOM001-SEMARNAT-2021 para suelos cársticos. Los postratamientos que se elijan deberán ser capaces de nitrificar-desnitrificar, o en su defecto deben ser capaces de asimilar el nitrógeno. Por ejemplo, en plantas de humedal, en la forma en que el nitrógeno se encuentra en el agua para que pueda ser removido de la corriente líquida. En caso de optar por sistemas naturales se requiere el permiso de SEMARNAT ya que implicaría desmontar parte de la cubierta arbórea de las zonas de reserva en las granjas.

En el caso de contaminación a suelo y aire, el subdirector de Evaluación Analítica de Contaminantes del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Luis Abreu, señaló posibles afectaciones a la biodiversidad de Yucatán y a la salud de sus pobladores por las grandes cantidades de amoniaco y ácido sulfúrico a causa de las granjas porcinas.

“Si resulta de la información de la Secretaria de la cantidad de granjas porcinas en Yucatán con más de 20 naves estaríamos hablando de una fumigación muy fuerte de ácido sulfúrico y amoniaco a la población y biodiversidad de la región.

En la parte del suelo identificamos que este tipo de granjas lo que hacen es una dispersión de las excretas liquidas, a través de aspersores”.

El problema de las granjas ha sido documentado y evidenciado por agrupaciones civiles nacionales e internacionales.

Por ejemplo, una investigación realizada con ayuda de drones, por la agrupación internacional Mercy for Animals reveló el creciente impacto de las granjas industriales de pollos y cerdos asentadas en varias zonas de la península de Yucatán, algunas construidas en medio de la selva y que afectan al medio ambiente.

Fabiola Hernández Balmori, abogada y vocera de la organización en Latinoamérica comentó que esto llama la la atención, pues la industria está muy desarrollada en comparación con otras partes del mundo “son prácticas perturbadoras en México”, afirmó.

De acuerdo con su investigación, se hallaron instalaciones con más de 100 edificios que albergan a miles de animales cada uno; galones de desechos de los animales vertidos en fosas al aire libre; granjas industriales construidas en selvas tropicales, donde previamente no existía ningún otro tipo de afectación.

La organización ha documentado la lucha de los pobladores de Homún y vecinos de San Antonio Chel, por ejemplo, quienes desde hace años están resistiendo en contra de granjas industriales por la contaminación del agua y del aire en sus comunidades.

Hernández Balmori explicó que en Mercy for Animals ya tienen 80 investigaciones en todo el mundo, de las cuales 12 se hicieron con drones. La realizada en la península de Yucatán es la primera de este tipo en México y la sorpresa fue encontrar una industria muy desarrollada que aparentemente está contaminando.

Usualmente, cuando el piloto certificado vuela el dron en otras partes del mundo, encuentra granjas que nada más tienen cuatro u ocho edificios. No obstante, en la península se detectaron instalaciones de granjas porcícolas y gallinas ponedoras de huevo con casi 100 edificios.

“Es una sorpresa porque como mexicanos tenemos la concepción de que los animales que se consumen como alimento viven en pequeñas granjas, donde felizmente deambulan en libertad, y sólo sufren en los últimos momentos que son asesinados”, indicó.

Lamentó que en estas instalaciones se mantiene a los animales bajo condiciones dañinas para su bienestar, e incluso, frecuentemente son confinados por meses en jaulas tan pequeñas en las que apenas pueden moverse.

Por lo tanto, señaló que estas evidencias son un llamado de atención a la ciudadanía sobre qué es lo que están consumiendo.

También se encontró cómo se manejan los desechos, cuyo volumen es importante dada la cantidad de animales confinados en los edificios. Se hallaron fosas abiertas, a la intemperie, que no necesariamente están manejadas debidamente.

Incluso es posible apreciar tubos atravesando el paisaje, pero van dejando los desechos de manera descontrolada. “Es algo impresionante y que debe impactar a todo el público en general. No podemos permitir que haya esa devastación ambiental”, enfatizó Hernández Balmori.

En cada granja porcícola industrial, precisó, había estanques grandes llenos de desechos de animales: “instalaciones como éstas pueden crear más aguas residuales que una ciudad pequeña, que pueden filtrarse fácilmente en el suministro de agua, contaminar el aire circundante y perjudicar a quienes viven, trabajan y estudian cerca de la zona”, advirtió.

Exhortó a las autoridades a revisar y verificar el verdadero impacto ambiental de una granja de esas dimensiones y el bienestar de todos los animales.

Mercy For Animals es una organización internacional sin fines de lucro que busca ponerle fin a la explotación de animales como alimento y construir un sistema alimentario compasivo. Tiene presencia en tres continentes y ha llevado a cabo siete investigaciones en granjas industriales y mataderos en México. Se dedica a prevenir la crueldad en contra de los animales explotados en la industria de la alimentación y a promover políticas y opciones compasivas.

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