Pobladores de Sotuta documentan su saberes y tradiciones a través de la fotografía, el video, el bordado, la comida
Buscan crear un archivo y memoria que perdura a través de los años
Texto y fotos: Abraham Bote Tun
Como parte del Encuentro de Conocimientos Indígenas y Tradicionales de la organización internacional Imaginando Futuros, que se realiza en Sotuta, pobladores de la comunidad maya expusieron diversos proyectos que han emprendido para preservar la memoria histórica y especial del poblado.
Esto con el fin de conservar un archivo que permita a las futuras generaciones aprender y ver cómo era su comunidad, resguardar los saberes tradicionales que agonizan por la migración de las juventudes, la falta de apoyo al campo, entre otras razones.
Y al mismo tiempo combatir el “borrado histórico” y el “memoricidio”, es decir, el borrado de las expresiones y la historia de una cultura, que han sufrido los pueblos mayas durante años, desde la Conquista.
Hombres y mujeres, de diversas edades, se dedican a documentar a través del video, de la fotografía, del bordado, recetarios de comida, de la escritura, la vida de las y los pobladores, sus actividades productivas, sus tradiciones, la cotidianidad y demás aprendizajes del poblado.
A través de esta labor de documentación también han podido observar que viven “momento críticos”, cambios en la naturaleza, ocasionados por las acciones del hombre, de los megaproyectos; por lo que deben emprender acciones para reformar la naturaleza de los daños ocasionados.
El proyecto, que lleva por nombre Archivar viviendo los caminos de la comida en Sotuta, es promovido por la iniciativa Imaginando Futuros de la Universidad de Exeter (Inglaterra) y en colaboración con CULTIVA Alternativas de Regeneración.
Se espera que esto este acervo pueda almacenarse en alguna plataforma para que más personas puedan acceder a este contenido.
Samuel Aguilar Montejo, de 23 años, habitante de Sotuta, comentó que es importante el retomar y valorar diferentes cosas que se han perdido a lo largo del tiempo en la comunidad, saberes y conocimientos tradicionales que muchas veces son pasados de generación en generación, “pero a lo largo han perdido valor dependiendo el desarrollo hacia dónde vaya dirigido”.
El joven explicó que contribuye al proyecto a través de la observación, de tratar de comprender el día a día de cada uno de los habitantes, desde la perspectiva diferente que cada posee y plasmarlo de una manera única; como puede ser desde bordando, tomando fotografías, urdiendo, compartiendo o simplemente charlando. “Es algo que nos construye una perspectiva más amplia, de lo que va sucediendo y de las cosas que podemos hacer más adelante, documentar la memoria histórica”, indicó.
“Ahora ando haciendo archivos sobre fotografía, vídeo ando aprendiendo sobre agroecología, sobre el cuidado del agua, de las aves, acciones en favor de la conservación del medio ambiente y de la cultura y todo eso se almacena”, detalló.
Asimismo, visita diferentes lugares de la comunidad, lo que le permite poder capturar momentos que prevalecerán en la memoria de la comunidad.
¿Qué sientes al documentar estas acciones?
“Me da un sentimiento muy agradable, de poder saber que puedo compartir mi experiencia de lo que hoy vivo para las demás personas y que ellos también puedan sentir que pueden lograr lo que quieran, si realmente estando en una comunidad no te impide poder lograr y alcanzar las cosas que desees”.
También, agregó, estamos generando un archivo digital y al mismo tiempo, las personas con sus mismas actividades generan cosas físicas, por ejemplo, han planeado hacer una fototeca para albergar todos estos materiales.
Además, destacó que gracias a esta iniciativa han visto más a detalle de cómo están sucediendo los cambios, “vamos entendiendo nuestro entorno y vamos aprendiendo de las acciones que vamos tomando y cómo repercuten a nuestro entorno y hacia dónde nos queremos dirigir: hacia un futuro mejor para todas y todos”, expuso.
Para Samuel Aguilar, este proyecto ha servido para conocer más su entorno, de la naturaleza, aprender más de ella, sin embargo, igual han reflexionado sobre “que estamos en un momento muy crítico en el cual se va perdiendo el conocimiento que la comunidad tiene acerca del cuidado de las plantas, de los lugares, como son los cenotes, las fuentes de agua que son vitales en la comunidad”.
Otro problema que han detectado es la migración de las juventudes, pues al tener pocas oportunidades laborales, de aprendizajes, buscan alejarse, sin embargo, esto crea “una gran brecha” que impide que el conocimiento pueda seguir conservándose y transmitiéndose.
Leidy Collí Pat , de 44 años, documenta, con ayuda de un celular, los trabajos que se hacen en la milpa, la tumba y cosecha, entrevista a las y los campesinos, toma fotografías, vídeos y otros contenidos multimedia.
Gracias a esta labor, ha observado que ya mucha gente del pueblo no se dedica a esta práctica ancestral, una de las razones son los cambios en la temporada de lluvia y sequías que alternan el ciclo de siembra, y por ende ya no generan una buena cosecha.
“Por los cambios del tiempo que hay, antes cuando es temporada de siembra es la temporada de lluvia y entonces ahorita ya casi no hay, no es lo mismo, ya la lluvia, casi no está en el mismo mes de la siembra”; comentó la campesina.
Entonces mucha gente se desanima y no trabaja el campo, agregó, nos obstante, a pesar de este panorama, ella sí sigue con la actividad. “A mí me encanta por los elotes nuevos, me gusta tener y me gusta cocinar la variedad de cosas que se puede hacer con el lote nuevo”, expresa.
La mujer maya reconoce el valor de este trabajo de documentación; sabe que está contribuyendo a que las nuevas generaciones no pierdan los saberes ancestrales del pueblo. “Hay muchos jóvenes que en vez de que trabajen la tierra, mucho salen a buscar nuevos trabajos y nuevas formas de vida. Entonces se va dejando, pero también hay jóvenes que se dedican a ello, nosotros no queremos que se pierda, que sigan, ese es el motivo de esto: de dejar algo para la nueva generación que venga, que no se olvide y que sigan adelante”, manifestó.
¿Qué siente al hacer este trabajo de memoria?
“Se siente se siente bonito… me siento feliz porque aparte de que me gusta, me gusta transmitir todo eso a otras personas”.
¿Cuál es la importancia de que las comunidades documenten sus historia y legado cultural?
Olin Moctezuma Burns, una de las impulsoras de la iniciativa, señaló que Yucatán ha sufrido muchísimo “el exterminio de su patrimonio documental”, entonces ese es uno de los motivos por los cuales se necesita hacer de cierta forma de restitución; generar los vínculos institucionales y enfrentar esta situación.
Aunado a esto, añadió, con este tipo de archivos históricos hechos por la comunidad, estamos dejando evidencia de otro tipo de personas que no son las élites, no son la gente que tiene acceso a la representación.
La historiadora subrayó en el estado lo que ha “matado la memoria histórica”, ha sido la quema de documentos, los registros prehispánicos durante la Colonia, los códices mayas, a su vez, dijo que hay otro tipo de prácticas donde se trata de eliminar las costumbres, la comida, por medio de la mercantilización o la entrada de otros productos que no son tradicionales de la región.