Tropivisiones fomenta el cine comunitario en comunidades de Yucatán
Piden apoyo para poder realizar su segunda edición: Otra forma de hacer cine
Por Abraham Bote Tun
Tropivisiones es un proyecto que fomenta el cine independiente y comunitario en comunidades rurales de Yucatán. Tiene como finalidad proporcionar herramientas teórico-prácticas de la producción audiovisual y al mismo tiempo crear espacios donde los procesos de construcción de narrativas audiovisuales sean a partir de horizontes estéticos y éticos.
Donde la representación audiovisual de la otredad no esté mediada por relaciones mercantiles y de poder, sino a través de relaciones interculturales y colaborativas.
“Nació por buscar espacios que descentralicen la formación audiovisual, a través de procesos reflexivos, donde haya construcción y representación de otras narrativas alejadas del cine industrial, apelando por la reconstrucción del tejido social y comunitario ”, indicó Sheila Camarena López, co fundadora de Tropivisiones.
La iniciativa surgió el año pasado, en medio de la pandemia del Covid-19, beneficiando a personas de Tekit, Yucatán. El trabajo culminó con la realización de un cortometraje que retrata las leyendas de la comunidad yuxtapuestas con la modernidad de las redes sociales.
Para esta segunda edición, el proyecto participa en una campaña de Donadora para juntar los fondos necesarios para llevar más cine comunitario a más personas.
Juntxs animamos otros cines (SUB ENG) from Tropivisiones Formación Audiovis on Vimeo.
Camarena López explicó que comenzaron gracias al Estímulo de Formación Audiovisual Independiente del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) en el 2021. “Creemos que la creación de historias con herramientas más asequibles, es un gran paso para transitar hacia la soberanía audiovisual de quienes han participado y participen en estos procesos de formación”, indicó.
La primera edición benefició a 15 jóvenes y adolescentes, entre 15 y 28 años de Tekit, algunos integrantes de Ha’kanules (guardianes del agua) y Bacab A.C, y otras agrupaciones de Tekit, donde se les ofreció talleres de capacitación, que se concretó en un cortometraje.
Las y los participantes acordaron el tema del material audiovisual, relacionado con las leyendas de la comunidad y la influencia de la tecnología actual; y se encargaron de las distintas áreas, pero todo con un enfoque comunitario, colaborativo, sin jerarquías.
Para esta segunda edición, volverán a trabajar en Tekit para dar seguimiento a la formación de la comunidad y sumar a más personas; el tema será la animación. A lo largo de 10 semanas, aprenderán y desarrollarán colectivamente un cortometraje animado. “Creemos que la creación de historias con herramientas más asequibles, es un gran paso para transitar hacia la soberanía audiovisual de quienes han participado y participan en estos procesos de formación”.
Para Sheila, el cine comunitario les brinda las herramientas teóricas, prácticas, para hacer un proceso reflexivo y así narrar sus historias, sus luchas de resistencias, problemáticas y sentires. “Dejar de ser meros consumidores y pasar a ser productores”, indicó.
Aunado a esto, este tipo de proyectos, destacó, sirve para que la ciudadanía pueda saber qué está ocurriendo en las comunidades mayas, cuáles son sus necesidades y apoyar de alguna manera. “Hacer procesos de reflexión colectivos que muestran otro tipo de historias y otra manera de hacer el cine”, destacó.
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