Mujeres exponen afectaciones del Tren Maya en foro
Tren Maya genera impactos al medio ambiente, violencia y afectaciones a los cuerpos de las personas
Por Abraham Bote Tun
Durante el foro Mujeres y Tren Maya, mujeres activistas, periodistas, defensoras del territorio e integrantes de comunidades indígenas exponen las problemáticas y posibles afectaciones que ocasionaría el Tren Maya a la península de Yucatán, a los recursos, a los seres vivos, y a los cuerpos de las personas que habitan la región.
En el evento, realizado este martes 12 de julio, organizado por el Conservatorio Feminista Cancún y MULI Mujer Libre MX, las participantes señalaron que este tipo de proyectos son capitalistas, que benefician a la iniciativa privada, que ha ocasionado despojos de tierras y afectaciones al medio ambiente.
Además, indicaron que proyecto ha sido impuesto por las autoridades, donde el pueblo maya no fue consultado; también dejaron en claro que los mayas no quieren ser parte de la servidumbre como ha pasado en otras partes como en Cancún.
Para Lydia Cacho Ribeiro, el Tren Maya tiene características de un “capitalismo salvaje”, una herramienta de destrucción del agua, la vivienda, la tierra, tal y como sucedió con Cancún con la construcción de hoteles que devastaron las dunas y demás ecosistemas.
De acuerdo con la periodista, la construcción de este proyecto tiene vínculos de corrupción con grupos de intereses españoles, con empresarios y gobernantes de los tres estaos de la península, que hacen negocios con le gobierno federal; por otro lado favorece el empobrecimiento de los habitantes de la región.
A su vez, dijo que el Tren Maya afecta a las mujeres, a las niñas y los niños, golpe a duramente la economía de los más pobres, pues les arrebata tierras, según declaró.
“La construcción del tren y la estrategia empresarial y política está directamente vinculada con profundos actos de corrupción que vana tener un efecto brutal en la sociedad, principalmente en las mujeres”, advirtió.
En su opinión, la política del gobierno del presidente Andrés Manuel López obrador, no es distinta a las de otros gobiernos del PRI, y del PAN porque han seguido las mismas estrategias, junto a los empresarios y constructoras y hacen negocios con las comunidades indígenas.
Carla Luisa Escoffié Duarte, abogada y defensora del derecho a la vivienda, comentó que s bien el Tren Maya no es el inicio de una devastación ambiental en la región sureste del país, sí es el “fósforo que se tira en un bodega de pólvora” que pueden detonar problemas sociales existentes.
Asimismo, dijo que el gobierno federal ha fomentado el discurso de que el proyecto es una deuda histórica para la península que ha sido olvidada, sin embargo la especialista indicó que más bien la zona ha sido abandonada y controlada por el Estado, pero la presencia de las comunidades mayas siempre ha estado ahí.
También, indicó que ya en la región hay un problema ambiental ocasionado pro las granjas porcíolas que contaminan los cenotes, así como la industria “rapaz” hotelera que es voraz y crece sin control, lo que se puede ver en la Riviera Maya, sobre todo. “Es una explotación turística y deforestación que se hace de la zona ”; indicó.
Además, agregó, no solo se trata del tren sino de los Polos de Desarrollo que se pretenden construir, lo hoteles y demás infraestructura que se va a generar, sumado al cambio de uso de suelo de la península por el tema de reordenamiento territorial.
“Vemos que esto es un proyecto centralista, que si bien la idea no surge del gobierno federal sino del empresariado, pero sigue teniendo esta lógica de explotación, de ver a la península como ese patio de descanso donde se puede tomar todos los recursos que hacen falta y ya no se encuentran en otros puntos del país”, manifestó.
Escoffié Duarte hizo énfasis en que este proyecto generaría desalojos a lo largo de toda la península, aunque con la reubicación de las vías del tren en Mérida y Campeche se lograron evitar varios casos cerca de 400, pero todavía se están dando.
A su vez, dijo que en el caso de la reubicación de algunas personas, a muchas se les está ofreciendo alternativas, como una nueva vivienda, pero a otras se les está condicionando que deben conseguir los terrenos donde se les ve a construir su casa nueva.
Además michos de los casos se hacen sin una adecuación cultural, muchos modelos de casas no son hechos con materiales de la región, tomando en cuenta el clima o aspectos culturales; buscan eliminar las casas mayas. “Eso refuerza el discurso clasista que asimila que progresar es tener que abandonar los diseños tradicionales”; indicó.
Wilma Esquivel Pat, poeta maya e integrante del Centro Comunitario U Kúuchil K Ch’i’ibalo’on, indicó que con este proyecto está en riesgo la vida de todas las personas y seres que habitamos la península. Se ha tomado de una manera con una fiesta el hecho de que los mega proyectos estén destinados a la península, sin embargo esto genera afectaciones a la vida, reiteró.
La defensora del territorio enfatizó en que los proyectos “genocidas” también se dan también como un proyecto turístico. “Vemos como se van sustituyendo nuestras formas espirituales, y formas de vida por medio de la comercialización de la cultura”, sentenció.
No basta con promover nuestras danzas o que los políticos se pongan nuestros bordados para efímeras que ahora sí nos reconocen, indicó la activista, sino que es una forma de legitimar estos proyectos que generen empobrecimiento y nos quitan nuestra autonomía, recalcó.
Esquivel Pat manifestó que el turismo masivo, disfrazado de progreso, sólo ha generado violencia para las comunidades mayas, asesinatos, aumento a al violencia contra las mujeres. “¿Cómo podemos decir que estas formas de turismo son bienvenidas en nuestra territorio”?, cuestionó la mujer maya.
“No queremos que nos vuelvan a engolar, no queremos seguir siendo la servidumbre, no queremos dejar nuestra vida en los hoteles a costa del enriquecimiento de los empresarios. No queremos la violencia”, expresó.