El crecimiento de Mérida ha sido distante, alejado del bienestar de la población y favoreciendo los desarrollos inmobiliarios: WRI México
Por Abraham Bote Tun
Foto de portada de Antal Impresiones
El crecimiento de Mérida ha sido distante, disperso y desconectado, alejado del bienestar de la población y favoreciendo los desarrollos inmobiliarios sin una planeación, reconoció Fernando Páez Mendieta, director de Movilidad Urbana para México y Colombia del Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por su sigla en inglés).
Se crean desarrollos en las periferias, alejados de los servicios básicos con un sistema de transporte deficiente, lo que aumenta el uso de vehículos automotores particulares y generan una ciudad desigual, apuntó.
“Se necesita una planeación urbana que tenga a la persona como centro de la solución y que garantice el acceso oportuno a bienes y servicios”, manifestó.
En el estudio El costo de la expansión urbana en México, realizado por la Coalición por la Transformación Urbana en México junto a WRI México, se evidenció que la expansión urbana sin control de la ciudad de Mérida ha generado diversos costos económicos y sociales, además de problemas al medio ambiente y desigualdad; “el modelo actual no es sostenible financieramente a largo plazo”.
La investigación, que analiza el costo de la expansión urbana periférica en ocho áreas metropolitanas: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Reynosa, Mérida, Tuxtla Gutiérrez y Culiacán, evidencia que el modelo actual de desarrollo urbano no es financieramente viable a largo plazo por la insuficiente recaudación municipal y por los mayores costos de desplazamiento y provisión de servicios en ciudades con mayor dispersión y vulnerabilidad ante el cambio climático.
Mérida es promovida por las autoridades, debido a su calidad de vida, como la mejor ciudad para residir, invertir y visitar, lo que ha generado que muchas personas vengan a vivir a la capital, detonando un crecimiento de los desarrollos urbanos, no obstante, expertos señalan que falta una planeación adecuada.
Páez Mendieta indicó que al tener este crecimiento distante, disperso y desconectado, se genera una ruptura entre desarrollo urbano y transporte, esta vinculación se traduce en inaccesibilidad a los trabajos, servicios, salud y bienestar; lo que a su vez genera un crecimiento en el parque vehicular automotor.
“Al no haber una oferta de transporte público, la solución para las personas que requieren el acceso es a través de vehículos particulares y de motos”, indicó.
De acuerdo con el especialista, la ciudad ha experimentado un aumento de desarrollos urbanísticos, motivo también por la llegada de migrantes que la ven como una gran oportunidad de tranquilidad y condiciones de calidad de vida, no obstante existen estas situaciones de desconexión y dispersión.
“No hay un servicio de transporte público eficiente que conecte esos nuevos desarrollos que se están dando, y conectarse con servicios”, precisó.
Esto, según explicó, ocasiona altos índices de motorización y por ende una pérdida de productividad por cuestiones de congestionamiento y baja eficiencia en la movilidad urbana.
Si bien, actualmente la capital yucateca no presenta un severo problema en este tema, la tendencia va en ese punto, por eso las autoridades deben trabajar en fortalecer el sistema de transporte público, pensando desde la intermodalidad que garantice que la gente pueda usar la bicicleta, ir a pie o el coche y conectarse con el transporte.
Ciudad desigual
Además de que este tipo de crecimiento desvinculado genera altos costos, ocasiona condiciones de desigualdad. “En zonas de la ciudad se empiezan a dar ese tipo de desarrollos informales o con gente que tiene menores posibilidades de ingresos, frente a desarrollos que están diseñados para gente que tiene una mayor capacidad adquisitiva y eso va generando unas brechas de desigualdad”, indicó.
También, quien no tiene posibilidad de acceder a un coche, y su opción es el uso del transporte de mala calidad enfrenta una dificultad de acceso a oportunidades laborales, de educación, y a bienes y servicios recreativos y de salud.
¿Cuál es el modelo de ciudad que debería aplicarse en Mérida?
Para el ex director de Sistemas Integrados de Transporte de CTS EMBARQ México, las autoridades deben hacer un trabajo fuerte en estructurar procesos de planeación urbana que definan una visión de ciudad en términos de su crecimiento urbano, sus oportunidades económicas y de cuáles son las proyecciones de crecimiento poblacional.
Éste planeamiento, añadió, debe considerar la conservación de la estructura ecológica para conservar las zonas verdes, los cuerpos de agua, y todos los ecosistemas.
También deben disponer de infraestructura de movilidad, espacio público y equipamiento que permitan una accesibilidad de las personas a los bienes y servicios. Lograr que la ciudadanía, de acuerdo con las políticas de desarrollo urbano, tenga acceso certero a los servicios. “Que en los desarrollos urbanos se garantice que los ciudadanos tengan servicios de salud, escolares, de suministro de bienes, recreativos y que se reduzcan los desplazamientos”, manifestó.
Aunado a esto, se debe garantizar el acceso equitativo, sustentable, seguro y eficiente de la población, y tener en el centro siempre a las personas.
“Las ciudades deben verse integralmente para servir al interés común de quienes las habitan y eso lleva a que la ciudad se piense desde una visión sistémica y organizada, sobre el desarrollo urbano y la movilidad”, indicó.
Este enfoque, precisó, asegura que se tenga un mejor uso de las inversiones públicas y privadas, con la planeación territorial. “Para lograr una ciudad enfocada en las personas, sustentables, donde la gente se mueva menos, pero mejor, se requiere de un enfoque de planeación del territorio con una visión integral”, recalcó.
De no tomar en cuenta este tipo de puntos, advirtió que se aumentarán los costos energéticos, el impacto climático, costos para la ciudadanía en términos de productividad.