La resistencia: Una moda sostenible es posible

Supragrafía: el lado amable de la serigrafía”

Fast fashion, moda que daña al planeta

Por Abraham Bote Tun / Imagen por Santiaguera

Armando Dzul Celis, mejor conocido como Mandy Rosa, se dedica a la serigrafía desde hace unos nueve años, además de impulsar su marca de ropa Mono Rosa. La pandemia del Covid-19 le hizo reflexionar sobre el destino de su labor, encaminada, ahora, a una producción más responsable y una industria menos contaminante y dañina con el medio ambiente.

A través de su proyecto denominado “#supragrafía: el lado amable de la serigrafía”, Mandy busca cambiar al paradigma del diseño y la serigrafía; adoptando tintas a base de agua, que el mismo crea, sin usar químicos que puedan dañar el medio ambiente, insumos biodegradables, usar prendas recicladas o recogiendo retazos de tela de maquilas para reutilizar, donde son consideradas “basura”.

No obstante, el serigrafista tiene una postura más radical, para él lo urgente es de dejar de consumir ropa nueva, sobre todo la llamada “fast fashion” o bien apoyar a las marcas locales, comprar ropa de segunda mano.

“Se trata de un modo de vida, una lucha y resistencia contra este modelo que está acabando con el planeta”, manifiesta.

 Es la segunda industria más contaminante del mundo y representa más del 10 por ciento de las emisiones de efecto invernadero.
Greenpeace explica que el concepto de fast fashion, o moda rápida, se refiere a los grandes volúmenes de ropa producidos por la industria de la moda, en función de las tendencias y una necesidad inventada de innovación, lo que contribuye a poner en el mercado millones de prendas y fomentar en los consumidores una sustitución acelerada de su inventario personal

De acuerdo con datos de la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible, la industria de la moda es el segundo consumidor de agua a nivel mundial, genera alrededor de 20 por ciento de las aguas residuales y libera medio millón de toneladas de microfibras sintéticas al océano cada año.

“Lo que provoca que se introduzcan al mercado muchas colecciones de ropa “en tendencia”, durante lapsos breves. Así, se sigue este modelo de producción donde se fabrican prendas con materiales de baja calidad para asegurar un precio barato, por lo que incluso podríamos hablar de ropa prácticamente desechable”, indicó.

Dzul Celis está consciente de esta problemática, la grandes maquiladoras, y tiendas de moda, que se encuentran en las plazas comerciales, sacan ropa cada día, pero son productos de baja calidad, que se desgastan en menos de un mes. Lo que genera que la gente vuelva a salir a comprar más y más ropa.

¿Cómo se dio este cambio de pensamiento a una moda más sustentable?

Como persona, como diseñador, indica, te das cuenta…hace 9 años no tenía la consciencia del impacto que hacía, pero ahora es diferente. Es bastante contaminante, desde las tintas que se usan, como plastisol, tercer plástico más producido después del polietileno y el polipropileno; y demás insumos que comprenden para hacer una prenda.

“Es una bomba que le estás dando al planeta horrible”, manifestó. Durante la pandemia, de manera personal, se dio cuenta que el mundo se está acabando; lo estamos destruyendo y estamos impactando al comprar ropa y más ropa. “Yo como impresor de serigrafía me di cuenta que hago más daño al planeta, que como humano estoy destruyendo al planeta; y la neta yo no quiero, es mi hogar”, expresó.

Para el artista, las empresas se han encargado de implantar la idea de que comprar ropa te dará ciertos estatus o mejorará tu estado de ánimo, igual mucha gente va a las tiendas para sentirse mejor, menos tristes, o porque quieren estar en tendencia, a la moda, pero no se dan cuenta del impacto que generan.

Lo más conveniente para el medio ambiente es ya no crear playeras ni ropa, sentenció Mandy Celis. “Hay más ropa que seres humanos”, ironizó.

Se debe reutilizar la ropa que existe, darle una nueva vida, optar por la ropa de segunda mano y apoyar a tu diseñador local, opinó. Ahí radica el verdadero cambio.

Supragrafía

Supragrafía es un concepto que él inventó y ha acuñado como su bandera; bajo el slogan “el lado amable de la serigrafía”. De manera personal, ha optado por cambiar sus procesos; usando tintas a base de agua, que él mismo hace; el gramaje justo sin desperdiciar.
“Es el lado consciente, cuando te das cuenta que estás destruyendo al planeta con las playeras que haces, las cosas que imprimes y optas con un lado más amigable”, señaló.

Nada se pierde, todo se transforma

También, el diseñador comenta que todo lo que usa en su taller trata de reutilizarlo, nada se pierde, todo sirve y se transforma. Asimismo, acude a las maquilas que tiran retazos de tala, que terminarían en la basura, los mares o espacios, para usarlos, ya sea para limpiar sus herramientas o para sus creaciones. Al final, es tela que se lava y se vuelve a usar una y otras vez, indica.

Además, está planeando su nueva colección bajo la marca J.a.tzuriko, la cual está centrada en el uso de la ropa, las telas que ya se no usan o que otros tiran y desprecian en las maquilas, talleres. Hacer prendas nuevas. Dale nueva vida, con nuevos diseños. “Es el futuro de la moda”; afirmó.

Al final, hizo un llamado a la gente a reflexionar sobre nuestros consumos; no comprar nada nuevo, reutilizar, ir bazares de segundo mano, o comprar con sus diseñadores locales. “Ya no se debería hacer más ropa, solo se debe reciclar. Darle más vida a lo que ya se tiene”, indicó.

La Retorno Ropería, negocio que nace de la incomodidad: Del malestar personal y colectivo por los daños irreversibles que estamos haciéndole al planeta

Plataformas de venta de segunda mano, aliadas para un futuro sustentable

¿Son las plataformas de venta de segunda mano parte del futuro sustentable? Promotoras de proyectos de venta ropa de segunda mano responden que sí.

Hoy en día, la venta y compra de ropa de segunda mano ha aumentado, cada vez vemos a más personas que se enfocan a este sector, ya sea porque es más económico o porque es una opción sustentable ante la creciendo industria de la moda que daña el medio ambiente.

Varias personas venden las ropas de segunda mano a través de plataformas en línea, redes sociales, prendas que han recolectado en tianguis, mercados, en bazares u otros espacios, algunos optando por transformarlas para darle una nueva vida. No obstante, también es responsabilidad de las y los consumidores decir un no a la moda rápida.

La Retorno Ropería es un proyecto de rescate, reutilización, reparación y transformación de prendas y accesorios, cuyo objetivo es producir reflexiones en torno a la sustentabilidad, la construcción de narrativas personales y la posibilidad de convertirnos en consumidorxs más conscientes.

Daniela Camacho, fundadora de la empresa, comenta que ésta nace de la incomodidad: “Del malestar personal y colectivo por los daños irreversibles que estamos haciéndole al planeta y a nosotrxs mismxs”.
Nace también del deseo, agrega. De la voluntad de compartir una alternativa que vuelve común lo individual, en un espacio de respeto y apreciación por todos los cuerpos que, juntos, celebran la indeterminación, la diversidad y el cuidado.

¿Cómo se puede tener una industria de la moda más sustentable y amigable con el medio ambiente?
Para Daniela, la respuesta no es sencilla, si así fuera quizá los cambios necesarios ya se habrían acelerado, pero es complejo. La apuesta de La Retorno, resalta, es por la reducción de daños. Sin embargo, indicó que si tenemos el privilegio de poder elegir, entonces la moda también es una herramienta política y hay que usarla responsablemente.

Los cambios de perspectiva son cambios de hábitos y esto es importante: podemos usar lo que ya tenemos por mucho más tiempo, comprar menos, elegir materiales menos tóxicos, intercambiar nuestras cosas en grupos de amigxs, eventos, etc.”, manifestó.

A su vez, según expuso, hay que preguntarnos de dónde vienen las prendas que estamos adquiriendo y entender que la industria de la moda rápida se sostiene del trabajo esclavo, así que elegir piezas más duraderas, hechas localmente, o alargar la vida de ropa que ya fue usada son formas de reducir, un poco, la velocidad apabullante con la que estamos contaminando mares, ríos, selvas, bosques, el aire, etc.

“Si como consumidorxs decimos no a esa imposición de derroche, exceso, explotación e indiferencia, las grandes industrias tendrán que hacer algo”; subrayó.

¿Cómo se puede lograr un consumo más responsable y consciente y por qué es necesario?
Daniela responde de manera sencilla, pero contundente: “Practicándolo. Por contagio. Compartiendo en nuestros círculos afectivos, de influencia, la urgencia de pensar en las consecuencias de cada compra que hacemos”.

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De acuerdo con la artista, la búsqueda de nuestras identidades y las forma en que queremos expresarlas es fundamental; permite rebelarnos, producir autonomía, construir un estilo personal más ético, que desobedezca el mandato del capital, los cánones de belleza y el ritmo de consumo aceleradísimo que solo beneficia a las grandes empresas. Esto es necesario porque la devastación es inminente.

¿La ropa de segunda mano es una alternativa para poder conseguir lo anterior?

Es una alternativa de muchas, claro. Que debe, también, asumirse con responsabilidad. ¿Por qué? Porque usar lo que ya existe, dar una vida más larga a las prendas que ya circulan y que alguien más ya reemplazó, significa que podemos retrasar el momento en que todo ese textil (en su mayoría plástico, teñido con materiales tóxicos) llegará a nuestros montes, ríos, mares o bosques en forma de basura.

Puede, eventualmente, reducir la velocidad a la que las grandes industrias de la moda producen, masivamente, más y más ropa, pues los consumidores estaríamos usando lo que ya existe, comprando menos esas nuevas producciones y tendrían que ajustar su oferta, su ritmo.

Es una contribución mínima, pero importante. Sin embargo, no es una práctica sin riesgo, se corre la tentación de comprar más porque los precios son más accesibles, de esa manera repetimos el círculo del híperconsumismo y, al no usar todo lo que compramos, puede acabar, rápidamente, en la basura, ¡total, costó poco dinero! La toma de consciencia en este punto es muy importante.

¿Cuáles son los beneficios para el planeta y el medio ambiente?
Entre muchos otros, reducir el tamaño (con todo lo que implica) de los basureros. Con esto se protege la vida silvestre, el suelo, el aire. Se reducen también el consumo de agua, la contaminación por químicos, la cantidad de desperdicios. Se cuestionan sistemas de explotación y trabajo esclavo. Esto es muy importante porque la justicia social también hace parte fundamental de la sostenibilidad de la vida.

Babybo, ropa de segunda mano para bebés, apoyo a la economía de las madres y padres

Esther Dariana Alvarado, la fundadora de Babybo, proyecto que se dedica a la venta de ropa de bebé de tres meses a cuatro años, comentó que sí, las plataformas de venta de segunda mano son parte del futuro sustentable. La tendencia va para ahí: comprar ropa sustentable a través de internet.

La comunicadora comentó que la idea nació al darse cuenta que no había mucha ropa de segunda mano para bebé, era muy poca, o solo hacía como ropa de paca, además que las nuevas prendas sales muy caras, sobre todo los primeros años.

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Lo vio como una oportunidad de negocio sustentable, pero también para que las madres y padres puedan acceder a ropa de buena calidad a un precio más justo.

Muchas veces la ropa de bebé solo es usada una vez, ya que crecen muy rápido; y para que no se tire, o terminen como residuos, las compra y las revende a través de plataformas digitales, como Instagram.

La ropa la consigue con amistades que tienen bebés y desean donar o regalar sus prendes, en saldos de tiendas que las sacan del mercado porque tienen imperfecciones, pero esta en óptimas condiciones.

“No sólo es sustentable, sino que apoyas a la economía de las familias”, expresó.

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