Vivienda digna, derecho humano que debe garantizarse: Escoffié Duarte
Urge diversificar la política de vivienda en México, explica la entrevista las la publicación de su libro “El derecho a la vivienda en México. Derechos homónimos”
Por Abraham Bote / Foto: Comunal Taller
Para la escritora Carla Luisa Escoffié Duarte, una vivienda digna va más allá de acceder a una propiedad a través de créditos públicos y privados. Se trata un espacio de convivencia, un derecho humano que debe ser garantizado para todas las personas.
“El derecho a la vivienda en México. Derechos homónimos”, es su más reciente libro, plantea que muchos actores han querido enfocar a la vivienda entendida como un derecho a la propiedad y prestación social, que es los que conviene a sus intereses.
“No es de a gratis que por 40 años el estado mexicano se haya centrado a otorgar solo créditos para acceder a viviendas. Deberíamos preguntarnos a quién le conviene esta política de vivienda”, resaltó.
“Todas las personas tenemos derecho a una vivienda, pero esto no significa tener simplemente una propiedad, si no a tener los medios para poder habitar en algún lugar y así generar proyectos de vida, espacio para la intimidad, la vida familiar”; expuso.
De acuerdo con la también directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, su obra aborda el tema del derecho a la vivienda y las problemáticas que hay para acceder a este derecho y hacerlo cumplir; todo a partir de una confusión conceptual que existe.
Indicó que en México hay tres derechos totalmente distintos que de manera indiscriminada hemos llamado derecho a la vivienda, pero que significan cosas distancias.
Según ella, ha prevalecido una visión laboralista entorno a la vivienda, como un derecho exclusivo de las personas trabajadoras que forman parte de la economía formal y que pueden acceder a una vivienda a través de créditos públicos o privados, como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda (Infonavit) y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste).
Sin embargo, hizo hincapié en que esto sólo alimenta la idea: “para tener derecho a la vivienda tienes que ser una persona trabajadora en la economía formal, que esté inscrita en la Infonavit, que tengas el sueldo y la antigüedad suficiente como para acceder un crédito”.
Por otro lado, está la vivienda como un mero asunto de propiedad, es decir sólo el derecho a la propiedad en su forma inmobiliaria, y, por lo tanto, no implica ningún tipo de obligación para el Estado, solo es un derechos acumulativo que incluye la protección que nadie te quite lo que has conseguido.
“Quien tiene derecho a la vivienda, es quien puede pagarla, en la medida que has cumulando propiedades, tienes derecho a que nadie te la quite de manera ilegal”, manifestó.
La tercera perspectiva es el derecho a la vivienda como un derecho humano, el cual debe garantizarse, que va desde la adquisición de una casa en propiedad, vivienda en arrendamiento, cooperativas de vivienda, protección para una familia en una casa prestada, incluso la posibilidad de acceder a viviendas temporales en caso de emergencia, desastre naturales, refugios para mujeres víctimas de violencia.
En los últimos 40 años, precisó, en el país hemos entendido este derecho humano desde el punto de vista laboralista; es decir la única forma para garantizar una vivienda es facilitando y otorgando créditos. Si bien, precisó, es un mecanismo importante, no debe ser la única opción, ya que esto desplaza a otras poblaciones.
“Hay muchas personas en al economía informal que no pueden acceder a esos créditos ni de banca privada”, expresó.
Aunado a esto, agregó, está gran parte de la población joven, que no tiene prestaciones, ni seguro social, y no cuenta con los recursos para adquirir una propiedad; por ende no accede a estos créditos y tienen que ver olvidado a rentar casas para vivir.
GARANTIZAR VIVIENDA
Carla propone en su libro que debe haber una política de vivienda diversificada, que atienda distintas modalidades y opciones de acceso a la vivienda. No se trata de satanizar los créditos, sino que el problema es que ha sido la única protagonista de las políticas de vivienda.
Asimismo, precisó, fortalecer la legislación de cooperativas de vivienda y promover su usos y diseños, ( grupo de personas que comparten la necesidad de una vivienda. Se unen en una cooperativa con el objetivo de conseguirla al menor precio posible y con las mejores calidades).
A su vez, subrayó, debe haber mejores políticas de refugios temporales para mujeres víctimas de violencia, como población LGBT.
DIVERSIFICACIÓN DE LA VIVIENDA
La abogada advirtió que el país está en un “punto de quiebre”, sobre todo en varias ciudades, donde este sistema centrado en créditos no está funcionando, y que debe ser diversificado, de lo contrario veremos una degradación de las ciudades.
Cada vez aumenta la población que no puede adquirir una vivienda propia, las personas que rentan, incrementan los desalojos forzosos, degradación urbana, especulación inmobiliaria, despojo a las comunidades mayas, como pasa en Mérida, entre otras problemáticas.
Su libro se puede obtener de manera física a través de la Editorial Tirant, Gandhi y Amazon.